viernes 11 de abril de 2025 - Edición Nº176

Territorio | 25 ene 2025

LA MESA CAMPESINA DEL NORTE NEUQUINO RESPIRA LUCHA Y ORGANIZACIÓN

La “Mesa” es una organización comunitaria que tiene 18 años de trayectoria en la zona norte de Neuquén. Agrupa a familias campesinas que se dedican a la agricultura familiar y que son crianceras. Defiende sus derechos y avanza en las conquistas, con un funcionamiento horizontal y democrático. Desde hace 8 años además tiene una radio comunitaria, FM La Arriera. Es parte del Movimiento Nacional Campesino Indígena – Somos Tierra, participando de su estructura, de instancias de formación y encuentros en el país y el extranjero.


Por: Daniela Tagle

Cancha Huinganco es un paraje rural ubicado a 60 km de Chos Malal, a orillas del río Curi Leuvú, allí esta su escuela la N° 25 que el próximo mes cumplirá 120 años y su particular capilla que, bajo la advocación de San Juan Bautista, tiene pintada en su frente, con letras de gran tamaño, la leyenda “Jesús Arriero”. Es que las familias que allí habitan son, en su mayoría, crianceras. Es decir que su principal actividad productiva es la cría de caprinos: chivos, chivas y sus chivitos.

Sobre el final de la primavera y al comienzo del otoño, deben arriarlas en los piños hacia y desde los campos altos de la cordillera.

 

En ese espacio se llevó a cabo la última reunión anual, con más de treinta integrantes de la Mesa Campesina del Norte Neuquino de diferentes zonales  para realizar el cierre del año y la proyección del 2025.

Los conflictos de tierras, por lo general, son los que se llevan una buena parte de la reunión. En esta ocasión, lo fueron las diferencias que surgen entre vecinos con grandes terratenientes que compran parcelas en la zona (y corren los alambrados), en este tema representantes de la Mesa Campesina participan en los relevamientos junto al delegado zonal de la Dirección de Tierras provincial, monitoreando juntos para que los conflictos se resuelvan con equidad y sin violencias.

Un campesino pidió el acompañamiento de la organización, el día que vayan a hacer el relevamiento en sus tierras, con el convencimiento que con apoyo y unidad hay mayores posibilidades de lograr justicia.

Otro tema importante giró en torno a las Huellas de Arreos. En la comisión provincial donde se trabaja sobre la transhumancia, también hay representantes de la Mesa Campesina. Se hicieron sugerencias sobre los alojos en medio del camino de los arreos, respetando los lugares que, desde hace añares, crianceros y animales paran a hacer un alto y descansar.

El 2024 fue un año de pleno crecimiento provincial para la organización, ya que hay presencia en Alto Valle, donde se conformó una zonal de la Mesa y así fue posible articular con productores agrícolas para traer a la zona norte frutas, verduras agroecológicas y también fardos de pasto a precios justos. Los Frutazos y Verdurazos que tanto se hicieron a lo largo y ancho del país, también fueron repicados en la zona.

El feminismo popular y campesino es parte de lo trabajado en encuentros, reuniones y participaciones a nivel local, regional y nacional.

Mujeres, varones y disidencias discutieron en conjunto cómo proceder cuando se den situaciones de violencias por motivos de género al interior de la organización.

Les jóvenes van consolidando su espacio dentro de la Mesa, con formación acompañada del MNCI – Somos Tierra.

Por supuesto, se analizaron las dificultades financieras que ponen en jaque a la Mesa y a la Radio. Rápidamente, con gran capacidad operativa y mucha solidaridad, organizaron un clásico y efectivo bono contribución. Una, otro, las familias, los participantes fueron diciendo que están en condiciones de aportar para los premios: un chivo, un lechón, un lazo, una pelera, kilos de azúcar y de yerba, entre otras muchas cosas de la cotidianeidad de sus vidas.

 

Al almuerzo, un chivo asado en el horno de barro, con pan casero y ensaladas de la huerta, reunió a quienes allí estaban y a algún que otro vecino que se acercó sólo para ese momento. La preparación de la comida y el lavado de platos, también fue hecho de manera colectiva.

Hacía calor y los tábanos rondaban, pero el clima humano fue de cordialidad, inclusión y debates con los pies bien puesto en la tierra que produce alimentos. Fue un espacio en el que se respiró, se vivió y se disfrutó de la lucha por los derechos, la solidaridad campesina y la convicción de que sin unidad y organización no se logra avanzar. En el contexto nacional actual, el peligro es retroceder, pero no parecieran estar dispuestos a ello.

 

 

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